Quienes somos

Hacer que las letras hablen, al deslizar suavemente la pluma cargada de tinta sobre el papel que lentamente dejará plasmado algo tan personal como un pensamiento, una firma, un dibujo o un número. 

Un instante mágico, único, donde la mano empuñando la estilográfica deja librado al cerebro el arte de la creatividad. Las letras, cual notas musicales o colores en una paleta se van entrelazando para una delicada composición, determinada por las circunstancias de cada momento irrepetible de nuestra vida.

Composición que forma parte de nuestro cosmos interior y trasciende las fronteras del pensamiento para quedar plasmada en nuestra hoja de ruta única e intransferible que es nuestra vida.

Que pequeños somos. Que grandes, al elaborar un pensamiento y poder dejarlo plasmado en el papel con un estilo tan singular como el de la escritura personal a través de una lapicera Chuk.

La vida es sueño y los sueños siempre comienzan a tomar forma en un papel , delinearse, sufrir modificaciones y todo ese desarrollo a través del tiempo van marcando el personal carácter de su creador.

Los ancestrales conocimiento eslavos en el tratamiento de la madera, trasmitidos a través de distintas generaciones, llegan como un punto de inspiración superior a las lapiceras Chuk, únicas e irrepetibles como cada persona. 

Estas piezas, únicas, se logran a partir de la exploración de las posibilidades del torneado conjugado en la búsqueda de maderas seleccionadas, que expresan su tiempo, en la profundidad del dibujo de su singular veteado. 

De forma pura y acabada, complementando la técnica, y el color que la naturaleza le da a los materiales se logra un objeto que rompe los límites de una lapicera para convertirse en una pieza única.

Cada lapicera Chuk tiene que ver con la sensibilidad emocional que nos provoca la escritura, es un momento único donde se unen el tiempo, el espacio, las experiencias vividas, el futuro por venir y el placer de trasladar un pensamiento al papel.

Cada lapicera Chuk se equilibra entre sí, creando una atmósfera de calma y reflexión en un espacio único entre el escritor y su pluma. 

La paleta de colores elegidos por la naturaleza y plasmada en los dibujos de cada madera, permiten admirar un producto nacional único, que da a los poseedores de las lapiceras Chuk una imagen, clásica, moderna y elegante.

Las lapiceras Chuk representan la síntesis de un momento de reflexión sobre el tiempo, los espacios que tenemos y pocas veces aprovechamos. El descanso sobre la velocidad, un regreso a la escritura personal, dejando por un momento la lectura sobre lo virtual, la comunicación, en principio con uno mismo, para empezar a poder expresar.

Ernesto Martinchuk

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