LA IMPORTANCIA DE LEER

Leer es bueno y totalmente importante para las personas y la sociedad. Nos proporciona todo lo necesario para poder mejorar, crecer, y en muchísimos casos, encontrarnos. De alguna manera u otra, leer también nos brinda herramientas que podemos usar luego en el mundo real. Y cuando me refiero a “mundo real”, me refiero a ese lugar a donde volvemos después de haber leído un buen libro, un buen cuento o un buen poema.
A continuación, intentaré explicar con mis propias palabras la importancia de leer.
Actualmente vivimos en un mundo en donde el tiempo con el que contamos se encuentra dividido, y a la misma vez amenazado, por las miles de cosas que tenemos que hacer. Llamémoslo trabajo, estudios, cuidar a los hijos, ir al cine, salir con los amigos, y muchas otras situaciones más, donde el momento para leer es muy escaso. Las personas que leen me entenderán muy bien que nos enfrentamos con esto a diario. Personalmente he encontrado la oportunidad de leer unas 15 o 20 páginas mientras estoy en el bus camino al trabajo. Pero no todos cuentan con ese tipo de suerte.
Muy aparte de no tener tiempo, debemos considerar también que los peruanos, en realidad, no leen. Y hay pruebas al respecto. Hace un par de meses, junto a una amiga intentamos sacar adelante un proyecto al que llamamos “Lima lee”, que consistía en una cuenta creada en Instagram donde subiríamos fotos de distintas personas leyendo un libro ¿Nunca escuchó del proyecto? Pues, eso es debido a que en dos meses de búsqueda de personas que leían libros, apenas encontramos tres, y dos de ellos eran extranjeros.
La otra prueba de que los peruanos realmente no leemos es mucho más concreta y verídica. Existe un estudio realizado en el 2012, por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC), donde informa que estamos en el segundo puesto de “Países No Lectores”, con un 65% de peruanos que reconoce nunca haber leído un libro. El primer puesto se lo lleva México, con un 73%. Son resultados muy opuestos a los de Brasil, donde en promedio, cada brasileño lee 4 libros al año. Y en Colombia solo 2,9 libros por habitante. El estudio termina con la conclusión de que la mitad de habitantes de América Latina no lee libros.
Podemos buscar culpables, pero la verdad es que esa ya es nuestra realidad, y más que buscar culpables, es momento de comenzar a buscar soluciones. Leer es importante y creo que el progreso de una sociedad no se basa enteramente en sus construcciones de edificios, ni la implementación de tecnología en sus calles. El progreso del país debe ir de la mano con su progreso cultural. Pues, de nada nos serviría una ciudad moderna si sus habitantes ni siquiera tienen idea de dónde están parados. La educación es la clave. Y enseñar a leer es el puente que llevará a muchas otras soluciones que pueden existir en un futuro no muy lejano.
Y no nos quedemos solamente en hacer que la gente lea libros y termine todo ahí, también deben comprender lo que leen. A mi parecer, leer libros te permite cuestionar las cosas y, muchas veces, la sociedad en la que vives. No es sorpresa saber que en la época de Hitler, se quemaban libros. Ray Bradbury, escritor estadounidense, dijo en su momento que para destruir una cultura solo tenías que hacer que las personas dejaran de leer libros.
Entonces, es momento de pensar en qué podemos hacer para que los niños, adolescentes y adultos lean más. Como un ejemplo, sin ir muy lejos, hace poco leí que el gobierno argentino iba a invertir en sus librerías a nivel nacional, para que estas pudieran tener mucho más libros y mejorar su infraestructura. Creo que es momento de empezar a hacer cosas así. Algunas librerías vienen realizando un Plan Lector orientado a niños, es una gran iniciativa. Para algunas personas eso puede parecer muy poco, pero es así como se empieza.
Tengamos tiempo o no, tengamos librerías cerca o no, los que leemos lo hacemos porque buscamos respuestas de preguntas que ni siquiera sabíamos que teníamos. Recuerdo que alguien dijo que leer permitía que una persona tuviera más de una vida, porque vivías las historias que leías. Y eso es totalmente cierto. Leemos porque creemos que se pueden mejorar las cosas. Un libro es un gran maestro, y un ejemplo claro de que al poner una palabra tras otra, puedes construir una obra maravillosa. Quizás si los peruanos nos juntáramos y leyéramos un libro tras otro, podamos construir un mejor lugar.
Es posible. Todo es posible cuando se tiene un libro a la mano.
Artículo escrito por Jairo Morales y publicado en Revista cultural de Lima VOCES

La lectura es salud


persona leyendo
La lectura es vida, la lectura es salud. La lectura ayuda a niños, jóvenes y mayores a entender mejor al mundo que les rodea y a adquirir habilidades sociales, personales y profesionales. ¡¿Qué haríamos sin la lectura?!… ¡¿Qué haríamos sin los libros?!

Y es que no son pocas las veces que hemos hablado de los beneficios de la lectura, de sus efectos e, incluso, de los derechos de los lectores. Los libros y la lectura son la llave que abre la puerta hacia el conocimiento. Puerta que se puede encontrar abierta de par en par en las bibliotecas.

Capítulo 1. Lectura y la salud

La lectura es salud, esto no es ningún secreto… pero, ¿sabías que con tan solo 6 minutos de lectura puedes reducir el estrés en un 60%? Así es, la lectura hace que el latido del corazón sea más lento y alivia la tensión muscular. Además también puede alterar tu estado anímico.
Y es que la lectura reduce el estrés más que escuchar música, más que tomarte una taza de té, más que caminar y más que jugar a videojuegos.
El 54% de los lectores afirma que tiene muy buena o excelente salud.

Capítulo 2. Lectura y el cerebro

La lectura es beneficiosa para nuestro cerebro… ¿por qué?
  • La lectura amplía nuestro vocabulario.
  • La lectura se asocia con un menor riesgo posterior de demencia incidente.
  • La lectura es un refuerzo de la memoria efectiva.
  • La lectura mejora nuestras habilidades de comunicación.
  • La lectura desarrolla nuestras habilidades analíticas.
  • La lectura mejora nuestra capacidad de concentración.
El 63% de los lectores afirma que tiene una salud mental muy buena o excelente.

Capítulo 3. Lectura y otros

Y es que la lectura aumenta nuestra empatía. Ponerse en lugar de los personajes del libro nos ayuda a comprender mejor a otras personas y que pueden ser diferentes a nosotros. Es por ello por lo que aumenta nuestra capacidad para la empatía y la inferencia social.
De hecho el 40% de los lectores son voluntarios en organizaciones sin ánimo de lucro, frente al 25% de los no lectores. El 82% de los lectores donan dinero o bienes a organizaciones sin ánimo de lucro, frente al 66% de los que no son lectores. Y el 71% de los lectores habían hecho un favor a un vecino en el último mes.

Capítulo 4. Lectura y el éxito

La lectura es clave, y paso importante, para el éxito. De hecho una persona con mejor alfabetización es más probable que sea dueña de su propia casa y sin menos propensos al divorcio.
Los lectores tienen ingresos más altos. Los individuos que demuestran mayores niveles de alfabetización son más propensos a trabajar más semanas en un año y ganar salarios más altos que los individuos que demuestran competencias inferiores.

Capítulo 5. Lectura y niños

Los niños, en sus lecturas por placer, adquieren conocimientos significativos en:
  • Relaciones maduras.
  • Valores personales.
  • Identidad cultural.
  • Seguridad y protección física.
  • Preferencias estéticas.
  • La comprensión del mundo físico.
Y es que involucrar a los estudiantes en la lectura puede ser una de las maneras más eficaces para aprovechar el cambio social.
Por otro lado la biblioterapia puede mejorar su comunicación, su actitud y reducir la agresividad en los niños con problemas sociales.
También habría que tener en cuenta los beneficios de la lectura a los niños por parte de los adultos.
  • Crean una relación más fuerte entre niño y adulto.
  • Ayuda a hacer frente a las luchas sociales.
  • Mejoran la concentración y la disciplina.
  • Otorgan nuevas experiencias.
  • Pueden llegar a dar el éxito académico temprano.
  • Ayudan a adquirir las habilidades básicas del habla.

Epílogo

Para terminar unas frases a destacar:
  • “Si nos encontramos con un hombre de extraño intelecto, deberíamos preguntarle qué libros está leyendo” (Ralph Waldo Emerson)
  • “Los grandes libros ayudan a entender, y ayudan a sentirse comprendido” (John Green)
  • “Cada vez que se lee un buen libro, en algún lugar del mundo se abre una puerta para que da más luz” (Vera Nazarian)

“LA ESCRITURA EXIGE, ADEMÁS DE INSPIRACIÓN, DISCIPLINA”


Foto: Carlos Ancheta
Foto: Carlos Ancheta
Leoncio Barrios oriundo de Caracas nació un 7 de marzo (no nos dijo de qué año). Es egresado de la Universidad Central de Venezuela, con doctorado y Maestría de la Universidad de Columbia en Educación a la familia. Es profesor titular de la UCV donde ejerció la docencia con pasión y, en los últimos años le ha dado rienda suelta a otra de sus pasiones: la escritura. Barrios es autor de: “Familia y Televisión” (Monte Ávila, 1998) y “Los sustos del sexo” (Ediciones B Venezuela, 2014, 2016)
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Leoncio Barrios debutó  recientemente como autor en literatura infantil  con Ediciones B Venezuela y publicó el libro “Oliver y la licuadora”
Oliver y la licuadora portada
¿Qué razón lo motiva a escribir?: “El disfrute que siento haciéndolo…”
 ¿Lo más difícil de ser escritor?: “Por un lado, la disposición de tiempo… Por otro lado, que tu propuesta sea aceptada por una editorial…”
 ¿Tiene alguna rutina para sentarse a escribir?: “Si, La mañana es mi tiempo creativo y sagrado”.
¿Tiene alguna musa de inspiración?: “En estos momentos, #Oliverdelasgalaxias, mi único nieto”.
¿Cuáles autores lo inspiraron para escribir?
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¿Qué está escribiendo?: “Literatura infantil, un nuevo título de “Oliver y…”.
¿Qué libro le hubiese gustado escribir?: ““El Derecho a la Ternura” de Luis Carlos Restrepo, una reflexión que considero capital sobre la masculinidad, uno de mis temas”.
¿Temor frente a la hoja en blanco?: “En mi caso, no. Me gustan los retos.  Pero si hay muchas personas que entran en pánico ante lo incierto”.
¿Cuál género no se ha atrevido a escribir?: #Poesía. Exige un lenguaje demasiado elevado, una forma de expresarse sublime.  Yo soy más terrenal”.
¿Cuál es el libro más preciado de su biblioteca?: “Uno de poesía: El Jardinero, de Tagore.  Lo asocio a muchos afectos. Lo leo cada vez que quiero disfrutar.”.
¿Cómo es su biblioteca?: “Si, los ordeno por tema y tamaño. No solo por facilidad de ubicarlo sino por lo neurótico que soy. No soporto el desorden”.
¿Con cuál libro se inició en la lectura?: “Bambi, en la versión de Walt Disney. Creo que me marcó un tinte melodramático del cual me ha costado  deslastrarme…”
Un libro para iniciarse en la lectura: “En mi época: Cien años de Soledad, ahora: Harry Potter o Las 50 sombras de Gray…”
Un libro para soñar: Las Mil y una noches.
Un libro para no leer: La lista es muy larga, quedémonos con lo que sería grato leer.
Un libro para leer en el baño: Libro como libro, no se me ocurre. Quizás, un periódico; “Hola”, la revista. Una porno, cuando se encontraban. No más.
Libro de papel o electrónico: De papel. Crecí con ellos. Pero cuando estoy en aeropuertos o volando me encantan los electrónicos. Hago integral la experiencia.
¿Qué tan biográfica termina siendo su obra?: “Bastante. Tengo que hacer constantes esfuerzos para evitarlo”.
¿Cómo se conecta con el lector?: “Imaginándomelo mientras escribo y oyéndolo en cuanto tenga oportunidad”.

¿Consejos para un principiante en la escritura?  
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Twitter: @LeoncioBarrios
Si deseas leer la entrevista completo, dale click aquí

CONSEJOS DE “SÚPER LECTORES” PARA LEER MÁS RÁPIDO

Agatha Christie leía 200 libros al año, mientras que el fundador de Facebook, Mark Zuckerberh, acaba un libro cada dos semanas. El presidente de Estados Unidos, Theodore Roosevelt, leía un libro al día, incluso dos o tres si tenía una noche tranquila. ¿Pero cómo pueden hacer esto los meros mortales?
Harriet Klausner, una bibliotecaria de escuela que murió el año pasado, era o bien una de las lectoras más rápidas de la historia, o alguien que “economizaba” con la verdad.
Klausner logró finalizar unas sorprendentes 31.014 críticas de libros en Amazon,leyendo a veces seis libros al día. Pero no todo el mundo aceptaba esta cifra y un grupo de críticos intentaron desacreditarla.
Ella se defendió señalando que algunas de las novelas románticas que leía eran tan cortas y sencillas que se las podía cepillar en una hora. Y Klausner ofreció una explicación sencilla para su entusiasmo: “Si un libro no me interesa cuando llego a la página 50, dejo de leerlo”, le dijo al Wall Street Journal.
Los logros de Klausner pueden ser más propios del reino de la fantasía, pero muchos de nosotros desearíamos poder leer más. Acabar más libros, acumular más conocimiento, apreciar más la literatura.
 Un libro cada 2,4 días
John Sutherland, autor, crítico de libros, columnista y profesor emérito de Literatura Inglesa Moderna en la universidad UCL, en Londres, dice que en 2015, leyó aproximadamente 150 libros.
“Es bastante”, indica. Utilizar una tableta le permite pasar las páginas a la velocidad del rayo.
“De esa forma no dependes de un dedo entumecido, y también evitas contagiarle la tuberculosis al próximo lector”, bromea.
La vida de un lector profesional depende de su capacidad de atravesar las palabras a toda prisa.
El año pasado, Sutherland acabó un libro aproximadamente cada 2,4 días. “Paso cuatro páginas de golpe si tengo que hacerlo”, dice Sutherland.
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2.000 en una vida
Cuando estaba en la escuela, Tony Buzan hizo un examen de velocidad de lectura. Le complació ser capaz de leer 213 palabras por minuto. “Pensé que debía ser un lector bastante rápido. Pero luego le pregunté a una chica de la clase y ella había obtenido un 300. Me quedé destrozado”.
Buzan decidió mejorar sus habilidades. Practicó la lectura rápida en casa e investigó la física del ojo. También aprendió sobre la focalización ocular, y el agrupamiento de palabras para poder ser leídas como un solo fragmento.
Buzan descubrió que podía leer más rápido tras hacer ejercicio físico. Pronto había logrado doblar su velocidad de lectura.
Convertido en consultor de lectura rápida y memoria, Buzan cree que el número de libros que leemos es importante. “En lugar de leer, no sé, 1.000 libros en mi vida”, dice, “ahora quizás lea unos 2.000. Esto podría cambiar mi existencia”.
Los consejos de Tony Buzan para leer rápido:
  • Aprende a usar tus ojos para leer más rápido
  • Ponte en forma, para darle más oxígeno a tu cerebro
  • Aprende a memorizar capítulos e inclusos libros enteros
  • Lee sobre el cerebro y su funcionamiento
  • Crea un grupo de lectura rápida y estudio con amigos
Si tomas la velocidad media que se cita habitualmente de 300 palabras al minuto, a un lector le puede llevar sobre un minuto superar una página. Para leer una novela de 300 páginas al día, el lector medio debería reservar 35 horas a la semana.
“Hay una cantidad de libros limitada que puedo leer a lo largo de mi vida, y no voy a perder el tiempo con basura”, asegura el columnista del Sunday Times y crítico de libros, Jenni Russell. Russell cree que con la edad nos hacemos más selectivos.
“Cuando somos jóvenes sentimos una gran curiosidad por otra gente, por cómo piensan y sienten, su psicología. Ahora, un escritor tiene que tener una habilidad ejemplar o una perspectiva interesante para llamar mi atención”.
Cuando era niño, Russell leía hasta 20 libros a la semana. Ahora lee tres al mes.
¿Cuál es el mejor consejo para afrontar un año de lectura?
“Mi consejo es aburrirse”, dice John Sutherland. “Mi infancia fue muy aburrida. Leer fue una buena manera de llenar grandes periodos de tedio”.
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Un poco cada 15 minutos libres
El revolucionario ruso Leon Trotsky también aprovechó el aburrimiento. Durante los dos años que pasó en prisión leyó desde la mañana hasta la noche, desde ficción clásica europea, a las investigaciones de Darwin o las teorías del Lenin sobre el comunismo.
La ex tutora de lectura de la universidad de Dorchester, en Inglaterrra, Ginny Williams-Ellis, fundó la organización benéfica Read Easy (Leer fácil) para ayudar a gente que no sabe leer.
“Los libros no son una prioridad para la gente con la que trabajamos”, explica. “Son principiantes completamente: su motivación es aprender a leer listas de la compra, etiquetas de latas, periódicos, las palabras de la vida diaria”.
La organización hace sesiones personales, similares a otras que financia el gobierno británico en las cárceles.
“Mucha gente se emociona cuando aprende a leer. Trabajamos con una mujer, peluquera, que era una principiante y ahora lee una novela romántica cada noche”.
Russell entiende la fascinación. “En nuestras vidas, solo vemos la superficie de la gente. La ficción nos lleva a las mentes, los pensamientos, las motivaciones de otras personas. Las novelas nos llevan a sitios que de otra forma nunca veríamos. La lectura puede tener un efecto sorprendente sobre nosotros”.
La periodista y “coach” literaria Glynis Kozma aconseja a la gente que saque tiempo de sus horarios: “En lugar de pensar que lo que necesitas es sentarte y leer durante una hora cada vez, intenta utilizar pequeñas cantidades de tiempo”, sugiere. “Lee durante 20 minutos, mientras esperas que se cocine la cena. Utiliza cada 15 minutos libres que tengas”.
Kozma quiere leer un libro al mes, aunque a veces no lo consigue. “Creo que mucha gente se siente culpable con respecto a la lectura”, dice. “Estamos todos tan ocupados y pasan tantas cosas en nuestras vidas que se nos hace difícil justificar el tomarnos tiempo libre”.
Fuente: bbc.com

¿CÓMO ORGANIZAR UNA BIBLIOTECA PERSONAL?



Cuando la lectura se hace parte de nuestro día y día, a la edad que sea, adquirir libros o esperarlos de regalo se va convirtiendo en un vicio que nos hace tenerlos por todos lados; y hacen de nuestra espacio todo un dolor de cabeza. Sin embargo los libros y la decoración de casas pueden ir de la mano. Pero ¿cómo organizar tu biblioteca personal? Puede sonar difícil, pero es una tarea fácil y te ayudará a darle el valor que se merecen:
  1. Escoger un lugar de la casa donde deseas ordenarlos. Puedes poner una biblioteca, estantes y si el presupuesto no alcanza, puedes ponerlos pegados a un pared, pero debes colocarle en la base un plástico o cartón resistente para evitar que se dañen.
  2. Si tienes muchos, puedes distribuirlos según el uso en varias áreas de la casa:
  • Libros para niños: desde pequeños hazles tener su propia biblioteca y en su cuarto es el lugar ideal.
  • Libros de literatura y cultural en general: en la sala de la casa se ven muy bien.
  • Libros de cocina: nada mejor que tenerlos a la mano para cuando queremos sorprender a nuestros seres queridos con platos exquisitos.
  • Libros de estudio: cerca del área de la computadora, o donde los niños o adolescentes realicen las tareas.
  • Libros de viaje: en el cuarto para así siempre tener en mente un viaje por hacer.
  • Lo que estamos leyendo: en la mesita de noche, en el carro, en la cartera, en el bolso y se puede hacer un mini estante en el cuarto para tenerlo a la mano.
  1. Una vez que los hayas divido por área puedes organizarlos por tema, autor, género, color, editorial u orden alfabético.
  2. Otros aspectos que debes tener en cuenta en el momento que escojas donde poner tus libros, es que no deben recibir excesiva luz solar, debes limpiarlos del polvo mensualmente y así puedes aprovechar de cambiarlos de orden. Protégelos de la humedad excesiva y evita olores penetrantes cerca de donde estén.
  3. Una vez que ya los tengas ubicados puedes hacer una lista en Word o Excel para saber cuántos tienes, ubicación y autor; y así tener un control para futuras compras. También le puedes agregar una columna de “leído y prestado” para que no se pase ningún detalle.
Organizar tu biblioteca personal y la familiar es una actividad divertida que puede convertirse en un momento mágico para disfrutar con los tuyos y lo más importante es que puede volver a disfrutar de tener un libro en mano, su olor, la historia de cómo te llegó, su primera lectura y el placer de leer o releerlo.

INSTRUCCIONES PARA SUBRAYAR UN LIBRO

En principio, no tengas miedo. Despójate de esa absurda inhibición material sobre conservar tus libros inmaculados como si acabaras de sacarlos de la librería. Un libro virgen es un libro frustrado; además, como recuerda Alberto Manguel, los lectores no pueden más que ser subversivos. Así que desflora tus libros con el placer que merece todo acto textual.

Contrariamente a lo que suele pensarse, la lectura no es un traspaso unilateral de información entre el libro y el lector, sino el descubrimiento que hace de sí mismo el lector cuando se encuentran su experiencia y el libro que está leyendo. Dicho de otra manera, las palabras que contiene el libro son de otra persona hasta que las lees. Es tu voz la que escuchas dentro de tu cabeza mientras lees un libro.
Cuando sientes que algo en sus páginas te mira a los ojos, subráyalo. Puede ser una de esas Grandes Frases sobre el Sentido de la Vida o simplemente un bello decir. Puede ser incluso un chiste o un insulto que jamás habías oído. Puede ser cualquier cosa: quien decide si algo merece ser subrayado eres tú.

Primer paso

El primer paso para subrayar un libro es sacarlo de la biblioteca y tener intenciones de leerlo y un lapicero para subrayarlo. A los principiantes y a los inseguros se les permite subrayar con lápiz. De cualquier manera, la herramienta de subrayar debe estar contigo en todo momento de lectura. Si, pongamos por caso, vas a leer en el bus, olvidar el lapicero —o el lápiz— es un atentado mortal contra el subrayado.
Para estas instrucciones tomaré Trilogía sucia de La Habana, de Pedro Juan Gutiérrez, un libro con mucha carne para el subrayado.
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Segundo paso

Lee con todos tus sentidos. La vista es limitada porque sólo sirve para reconocer caracteres que serán descifrados por el cerebro. La mejor forma de leer es hacerlo además con el gusto, el tacto, el oído, el olfato y la pasión. De esto se infiere que si no eres capaz de leer el libro de esta manera hay algo que está mal: el libro o tú. En estos casos lo mejor es cambiar el libro por otro que te provea de una experiencia total. Quizás en el futuro puedas volver a ese libro y disfrutarlo, descubriendo así que en el primer intento lo que estaba mal eras tú.
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En este caso, el libro fue una buena elección. Lo supe cuando ya en la tercera página el libro me miró a los ojos y me dijo:
el sexo no es para gente escrupulosa. El sexo es un intercambio de líquidos, de fluidos, saliva, aliento y olores fuertes, orina, semen, mierda, sudor, microbios, bacterias. O no es. Si sólo es ternura y espiritualidad etérea entonces se queda en una parodia estéril de lo que pudo ser. Nada.

Tercer paso

Una vez que has reconocido la mirada del libro (que no es sino otra forma de decir que te has reconocido a ti mismo en algo que el libro te está diciendo), establece con precisión los límites del subrayado. No hay reglas para esto. Puedes empezar a mitad de una idea o subrayar párrafos completos. Puedes subrayar sólo una palabra. Pero antes de subrayar debes tener claro dónde comenzar y dónde terminar. De lo contrario, el subrayado pierde todo su sentido.
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Cuarto paso

Toma la herramienta de subrayar con la extremidad de tu preferencia y ejecuta el subrayado de acuerdo con los límites que estableciste previamente.
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Ahora detente un momento: siente cómo el libro gime, gozoso, en respuesta al amor que le estás haciendo. Imagínate a ti mismo en unos años, en otras circunstancias, volviendo a esa página que te miró a los ojos. Imagina a tu descendencia llorando o riendo con las mismas palabras con que tú lloraste o reíste. Imagina incluso que puedes perder el libro y que un lector que no eres tú encontrará el lecho en el que acabas de retozar con las palabras y que lo venerará o lo detestará pero siempre sabrá que tú fuiste el primero.
Para ejecutar el subrayado deberás dibujar una raya debajo de las palabras que te miraron a los ojos (la raya no tiene que ser una recta perfecta, pues como todo acto textual este se solaza en cierta arbitrariedad). Sin embargo, yo uso este procedimiento sólo si se trata de un grupo pequeño de palabras. Para fragmentos que superen una longitud de dos líneas prefiero rayar alrededor del conjunto todo.
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Quinto paso

Cuando te pedí que te imaginaras volviendo a ese libro en un futuro, sin que lo supieras te estaba preparando para la instauración de un sistema de coordenadas. Ten presente que subrayar un libro es dejar un rastro para escapar del laberinto del olvido. Se sabe que los lectores silvestres subrayan los libros y los cierran sin más; luego la labor de subrayar se convierte en parte del laberinto. ¿Cómo llegar a los momentos cumbres del acto textual sin un mapa?
Hay una razón para que todo libro tenga algunas páginas en blanco. Un esteta querrá hacerte creer que esa razón es estética. Pero es el momento de que aprendas que esas páginas están ahí al servicio del acto textual. Escoge una (a mí me gusta usar siempre la última o la parte interna de la contratapa) y, cada vez que ejecutes el subrayado, anota el número de página donde lo hiciste. Ese será el mapa con el que te guiarás dentro del laberinto.
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Sexto (y último) paso

Al terminar de leer el libro, ciérralo y obsérvalo. Nota cómo ha cambiado desde que era un libro virgen. Los cantos de las páginas ostentan ahora los rastros de tus toqueteos. El libro es incluso unos milímetros más ancho que cuando nadie había penetrado en su intimidad. Antes de guardarlo, quizás quieras recorrer las páginas que subrayaste, haciendo uso para ello del mapa que te enseñé a crear. Este es para mí uno de los más intensos placeres del acto textual.
Ahora es la hora del tiempo. Deja el libro en manos del incierto futuro. Pase lo que pase, el libro ya está en ti, y tú en el libro.

El Hilo Rojo

Composición fotográfica Walter Ricci



Solo hay que saber donde mirar para poder ver.

Cosas que la mayoría de la gente ve como caos...  solo algunos de nosotros pueden ver cómo encajan las piezas. 

Hay un antiguo mito chino sobre el Hilo Rojo del Destino. Dice que los dioses ataron un Hilo rojo alrededor de nuestros tobillos... Y unieron a toda la gente cuya vida están destinadas a tocarse. Este hilo puede estirarse o enredarse, pero jamás se romperá.

Los hilos que nos conectan no están limitados por tiempo ni el espacio. Lo que al individuo le parece como un giro del destino... desde otra perspectiva es simplemente uno de esos hilos tensados. 

Hay algo diferente, algo evolutivo, un estado de mayor conciencia. Incluso cuando esos hilos parecen irreparablemente deshilachados... nunca se rompen. No completamente. pero a veces la conexión más importante es el aquí y ahora."